Y por fin el esperado concierto. Sin faringitis, con buena vista y oído abierto, y la voz de Leonor Watling inundando el Palau.
Jazz, pop y un toque de swing en un concierto cercano y fascinante. El maestro Ybarra a la trompeta, y Alejandro dejándose los dedos en el teclado. Leonor Watling rompiendo su voz en mil sonidos, con fuerza, garra y matices, susurrante y gritona, magnética.
Y varios amigos que les acompañaron. Uno muy especial, la gran sorpresa: Jorge Drexler. Magnético como la Watling, enérgico, dándole a cada palabra su propio toque, y una especial química entre él y la cantante del trío.
Valió la pena esperar ese mes por la faringitis. Tal vez también valió la pena esperar ese mes para iniciar el blog. Se abre una nueva etapa de emepetreses. Y está claro que there's no imperfecti0n en Leonor Watling y sus compañeros.
vive le jazz
vive la músique!